Oscar Wilde, "El retrato de Dorian Gray"

Oscar Wilde,

La abundancia y exceso de placeres, la capacidad de abusar de lo que es considerado
inmoral frente a los ojos de la sociedad, regodearse de quienes proporcionan momentos de
satisfacción adictiva; todo esto, sumando la posibilidad de no sufrir cambios físicos en lo
más mínimo, es el tipo de escándalo que encontramos en El retrato de Dorian Gray (1890).
Oscar Wilde nos introduce al personaje, cuyo nombre se encuentra en el título de la obra,
como un joven cuya belleza física y moral son lo más puro posible; quien no ha conocido la
maldad, quien pareciera carecer del pecado original, alguien cuyo rostro desprende la
envidia de cualquier persona mayor, es decir, la juventud. Una juventud la cual se
encuentra a años luz de presenciar las atrocidades más grandes encontradas por el hombre y
que son amenaza para la filosofía moral. El autor ha creado a alguien simplemente perfecto.
Sin embargo, este ideal de hombre no podrá existir más allá del primer capítulo de la
novela; pues una vez éste conoce al personaje de lord Henry Wotton, la percepción de bien
y mal se corrompen en nuestro “héroe”; quien, bajo las influencias de las tentadoras
palabras de su nuevo amigo, comienza a adentrarse en el mundo de los vicios que
corrompen el ideal intachable e irreprochable que Dorian llevaba en sus 17 años de vida.
Todo esto, sumado al deseo movido por el capricho de conservar su belleza en lugar del
retrato que su amigo Basil Hallward ha pintado, llevarán al personaje a adentrarse en lo más
bajo de la sociedad londinense a mediados de siglo XIX con la finalidad de vivir una vida
de desenfreno y placeres mundanos sin sufrir ningún tipo de cambio físico.


La propuesta que Wilde plantea es el cambio de lugar entre el cuadro y el ser
humano, siendo el primero que sufre todos los cambios físicos y morales mientras el
segundo puede llevar una vida de lo más placentera posible sin sufrir ningún tipo de cambio
físico; siendo este uno de los aspectos por excelencia que vuelven a la obra tan tentadora. A
esto cabe agregar ciertos rasgos biográficos que encontramos del escritor en la obra. La
doble vida y los vicios secretos son acciones que lo persiguieron y casi lo conducen a la
muerte. “..., no obstante, como Dorian, Wilde realizó durante un tiempo actividades
ilegales y vilipendiadas por la sociedad ‘respetable’, lo que lo forzó a llevar una doble
vida”. Podríamos considerar al personaje principal como una representación del autor que
llega al extremo de los vicios; logrando comprender que, tras 18 años de corrupción ética,
no existe vuelta atrás.


Calificada de inmoral en la época por proponer pecados y delitos que corrompen a
la persona, esta es la historia de cómo un hombre ocupará la mascará de la juventud y la
belleza para poder conocer todos los placeres que los barrios bajos tienen para ofrecer,
junto con cometer las mayores atrocidades que, bajo la mirada de la alta sociedad
londinense, son catalogadas como acciones de la más baja calumnia humana.


Borja Baeza A. 

Jefe de Editores 

WILDE, Oscar. El retrato de Dorian Gray, Barcelona: Penguin Random House Grupo
Editorial, S. A. U. 2016. 319 p. pp.