Nascimento. El Editor de los chilenos es un libro multifacético que enlaza materias históricas, literarias y biográficas de la escena cultural nacional del siglo XX, en torno a la vida y obra de don Carlos George-Nascimento, creador de uno de los sellos editoriales más importantes y representativos de nuestro país, responsable de la publicación de autores tales como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Teresa Wilms Montt, Marta Brunet, María Luisa Bombal, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas y tantos otros, conformando un canon de las letras locales e introduciendo el libro chileno en el mercado internacional.
El libro comienza con noticias biográficas. Corría 1905 y con sólo veinte años, llegó Chile el inmigrante lusitano Carlos George-Nascimento, oriundo de la Isla de Corvo, nacido en el seno de una familia de balleneros. Su tío materno, Juan Nascimento, residía hacía décadas en Santiago, donde había abierto una librería. Tras ser fríamente recibido y habiendo aceptado ayuda monetaria de su tío, Carlos continuó su periplo hasta Concepción, donde se radicó y trabajó en una casa de empeño, casándose y formando familia. No volvió a saber de su tío hasta once años después, cuando éste murió. Carlos se hizo cargo de liquidar la herencia de Juan, al ser su único familiar en Chile. Debido a la infructuosa puesta en venta de la librería Nascimento, Carlos decidió comprarla y se trasladó a Santiago. Avanzaba el año 1917 y aquel hito lo iniciaría en el oficio de comerciante librero, que luego lo llevaría a constituir la editorial y la imprenta homónima, desde donde ofreció al mercado hispanohablante un catálogo de más de seis mil títulos en distintos géneros tales como novela, poesía, cuento, ciencias naturales, ciencias sociales, ensayo, pedagogía, leyes, economía doméstica, teatro, filosofía, biografías, etcétera.
De carácter modesto, Carlos George-Nascimento no legó ningún escrito sobre su vida, ante lo cual, el autor de esta crónica biográfica que nos convoca, tras una acabada revisión de diversas fuentes de prensa, memorias de literatos e historiografía sobre la época, construye un retahilado relato de autores y obras, presentadas en su mayor parte cronológicamente, deslizándose por los meandros del otrora ambiente cultural, social y político de Chile y el mundo; confluyendo todo en la vida y obra del editor lusitano-chileno, de quien su yerno, el escritor costarricense y director de Quimantú, Joaquín Gutiérrez Mangel señalaba: “Su cultura no era libresca, sino que de vida y que, a pesar de ello, ningún libro se publicó sin que él lo hubiese leído y autorizado” (p. 226).
El libro aquí señalado es, por lo dicho, además de un merecido homenaje a don Carlos y su editorial, un formidable manual de la literatura chilena del siglo XX y un pormenorizado catálogo de sus nombres imprescindibles y obras notables. Y es que para 1986, dos décadas después de la muerte de su creador, al dejar de existir la editorial, “Nascimento había publicado a treinta y cinco de los treinta y siete Premios Nacionales de Literatura otorgados hasta entonces” (p. 175). A este verdadero canon literario parido por las prensas de la editorial, hay que sumar la Historia de Chile de Francisco Antonio Encina; aunque historiográfica para algunos y ensayística para otros, lo cierto es que formó a generaciones de chilenos al ser una de las obras más difundidas en nuestro país.
En esa misma línea de pasión por las letras, dedicación al trabajo y acendrado amor por esta tierra, su quehacer lo involucró en los desafíos que vivía la industria del libro en Chile y a tratar de buscarles solución. Así fue como integró la Asociación de Editores de Chile y la Cámara Chilena del Libro, de la cual tuvo el privilegio de ser su primer presidente. Desde aquella tribuna se dedicó a la promoción del libro chileno, en desigual competencia con las producciones españolas, mexicanas y argentinas. Lamentablemente hasta el presente, muchos de los problemas que señalaba don Carlos se mantienen, y el rubro editorial fuera de los grandes sellos trasnacionales transita por una permanente incertidumbre.
Dijo Vicente Huidobro que “el poeta es un pequeño Dios”. ¿Qué sería entonces el editor Carlos George-Nascimento, por cuyo fiat mucho de las letras chilenas vino a ser? La respuesta a esta pregunta es tan sencilla como el personaje: “el editor de los chilenos”.
Pablo Sepúlveda López
REYES, Felipe. Nascimento. El editor de los chilenos. Santiago: Lumen, 2023