Peter Berger (1929-2017), figura clave en la teoría sociológica y la sociología de la religión contemporánea, se alza como un faro intelectual que ilumina las complejidades de la interacción entre la religión, la cultura y la sociedad. Berger como discípulo de Alfred Schutz, dejó una marca imborrable en el ámbito académico, y su legado continúa resonando en las mentes e investigaciones de quienes exploran las profundidades de lo religioso en su contexto social.
Desde sus primeros trabajos, mostró una inquebrantable curiosidad por comprender cómo las estructuras sociales son moldeadas e influidas por las creencias y prácticas religiosas. Su enfoque interdisciplinario, que fusiona la sociología, la antropología y la filosofía, revela la complejidad de los fenómenos sociales. En este sentido nos invita a cuestionar nuestras preconcepciones sobre el papel de la religión en la vida humana.
En su texto “El Dosel Sagrado”, nos sumerge en el dinámico proceso de construcción de la realidad social. En él describe la sociedad como un escenario en constante cambio, donde las ideas se contraponen y se entrelazan en una síntesis dialéctica que da forma a nuestra comprensión del mundo. Desde la externalización inicial de nuestras creencias y experiencias personales hasta su objetivación y posterior internalización en la conciencia individual. Siguiendo este proceso el autor nos muestra cómo la realidad social se construye a través de la interacción humana.
Un concepto central en la obra es el de "Dosel Sagrado". El cual utiliza como una metáfora que ilustra el papel histórico de la religión a la manera de un marco protector que otorga sentido y cohesión a la vida humana. A medida que la modernidad avanza, este dosel sagrado se desgasta y fragmenta, dando paso a una multiplicidad de creencias y cosmovisiones. Sin embargo, Berger argumenta que, incluso en un mundo cada vez más secularizado, aún persisten elementos de sacralidad y búsqueda de trascendencia que influyen en nuestra comprensión del mundo y nuestra forma de interactuar en él. A partir de este concepto, el autor propone una mirada analítica de la religión que tiene como resultado su legitimación dentro del orden social.
Otra arista que se desprende del concepto anterior es el análisis del papel de la religión en la legitimación del orden social. A este respecto, contrario a la visión tradicional, que considera a la religión como un mero instrumento de coerción social, el autor sostiene que la religión proporciona un marco simbólico por medio del cual las personas interpretan su realidad y dan sentido a sus experiencias. En consecuencia, los rituales religiosos, desempeñan un papel crucial en la construcción y conservación de la cultura. Nos entregan pautas sobre cómo actuar en el mundo junto a un sentido de pertenencia y comunidad a quienes participan en ella.
La importancia de este libro radica en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, se analiza el fenómeno religioso a la luz de los conceptos básicos de la sociología fenomenológica. Como buen discípulo de Schultz, Berger realiza su análisis a partir de conceptos centrales como la externalización, objetivación e internalización. Por otro lado, este libro sienta las bases para un enfoque innovador en la sociología de la religión. Es decir, no se estudia el fenómeno religioso desde su aspecto institucional como catalizador del capitalismo o su relación con el Estado. Desde esta perspectiva fenomenológica, se estudia la religión a partir de las prácticas y creencias como producto de la interacción social y su construcción cultural.
Pese a que el texto comentado en esta reseña ha sido objeto de críticas y debates en el ámbito académico, su perspectiva sigue siendo valiosa y provocativa en el mundo contemporáneo. Su capacidad para combinar erudición académica con claridad expositiva, la convierte en una lectura indispensable para aquellos interesados en comprender las complejas interacciones entre religión, cultura y sociedad.
Finalmente, la obra de Peter Berger, por medio de una profundidad intelectual y una agudeza analítica incomparables, nos desafía a repensar nuestras concepciones sobre la religión y su papel en la sociedad moderna. Por otro lado, también nos invita a explorar las complejidades de la condición humana en su contexto sociocultural. Su legado académico perdura, como un faro de sabiduría, en un mundo que sigue buscando respuestas a las preguntas fundamentales sobre la vida, la muerte y el significado último de nuestra existencia.
Por Ramón Jara.